sábado, 10 de septiembre de 2011

Ladrón de mi metamorfosis.

Dependiendo de las excusas que das día a día estoy, pues no queda de otra, ya el hablarme no te falta, porque solo quisiste una cosa de mi, robarme lentamente la esencia de mi juventud mediante mis labios, acariciarme sin placeres extracurriculares, no mientas, solo tu te engañas, falsos convocatorios al más allá, esplendida primicia del no pensar, recorrido figurado de los cantares, bésame una vez más pero esta vez, la última, la definitiva, el duelo esperado por el opaco crepúsculo de tu zozobra, la obra no concluida del anochecer que te llama a la nostalgia y continua sin darte esperanza, nuevos brotes de fe y sin cansancio esperaré a que vuelvas a pisar mis ruinas que ante fueron calles.


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